lunes, 11 de agosto de 2008

La culpa


A mis 17 años, ya había tenido varios novios a escondidas, pero este chico era el primero de mis pretendientes que tenía carro, asì que yo andaba toda volada por la diversión y la envidia que provocaba en mis amigas, mientras mi hermano no me viera todo iría bien, porque mi hermano era súper celoso.

Un día mi novio, Víctor, me invitó a que fuéramos al Mirador, un lugar al que iban las parejas con carro para ver la ciudad de noche acepté y lo menos que hacíamos era ver la ciudad, con tan mala suerte que nos cayó mi hermano, se puso furibundo y me sacó del carro de Víctor a jalones y amenazó a mi novio con matarlo si lo encontraba cerca de mi otra vez.

A mi me metió a jalones y empujones a su carro y nos fuimos directos a casa, todo el camino me fue regañando, nunca lo había visto tan enojado, tanto que llegando a casa y bajando del coche me planto un par de cachetadas, en ese momento ciega de coraje le grite-----¡Muérete!, ¡Maldito!, ¡Ojalá te mueras!

A la madrugada de esa misma noche, llegaron unos policías a avisarle a mi padre que hubo un accidente automovilístico y encontraron muerto a mi hermano entre los hierros retorcidos de lo que era su carro.

Desde entonces y por más 50 años he llevado la carga de haber maldecido a mi hermano la noche
en que murió.

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