-----Acompáñame a darle de comer a los animales ¡¿SI?!-----me dijo mi prima Elena, una niña pueblerina a sus 14 años pero ya con un cuerpo insinuante de mujer adulta, ----¡anda primo no nos tardamos, no te vas a arrepentir!, yo un verdadero mocoso de 13 años, citadino, ingenuo….----bueno prima pero tu les das a los animales y yo solo te veo, conteste yo sin siquiera imaginar sus libidinosos planes.
Entramos al corral, donde se encontraban desparramadas por aquí y por allá las gallinas y guajolotes, mi prima después de darles de comer a esos animales se dirigió a los chiqueros o porquerizas, entraba con una cubeta llena de agua y la vaciaba en el bebedero, de repente grita----¡ay!, ¡ay!, quite cucho, quite, primo ayudameeee!!!!.... yo agitado y corriendo atropelladamente entro al corral de donde provenían los gritos, ella me esperaba tras la puerta, con un abrazo imprevisto me atrapa y me planta un beso apasionado y fogoso, gimiendo y retorciéndose parecía que quería ahogarme, de momento quedé sorprendido pero pronto sentí un baño caliente y mi corazón latía como si se fuera a salir de mi pecho, la sangre subía y bajaba de mi cerebro aceleradamente, muchas experiencias insospechadas por mi inocencia hasta ese día…..
Me soltó tan abruptamente como me había tomado y corrió hacia dentro de la casa, yo quedé petrificado de la emoción, asimilando lo que significa ser hombre……..