domingo, 5 de diciembre de 2010
La Rosa y el Sapo
Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. .... Se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: Está bien, si es tú deseo. Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa: y se sorprendió al ver a la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. -Le dijo entonces: Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó? La rosa contestó: Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual. El sapo solo contestó: Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín. Moraleja:
Muchas veces subestimamos y despreciamos a los demás por creer que somos mas que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada. Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos conscientes.
No hagamos excepción de personas, por su aspecto. Dios creó con el mismo amor a la rosa que al sapo.
“Que tú andar y tú actuar por la vida sean en rectitud y justicia verdadera, así tus pasos serán bendecidos grandemente por el creador”
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