Hacia rato que ya no recordaba los tremendos dolores que me pusieron en esta situación, ahora solo sentía una gigantesca paz, sentía que volando me transportaba a algún sitio muy lejano, un lugar muy iluminado sin que pudiera distinguir de donde provenía la luz inmensamente blanca, escuchaba una dulce melodía salida de ningún lugar pero que me envolvía por completo y arrullaba mis sentidos, de pronto una voz fuerte con y con mucha autoridad me dijo….”regresa, todavía no es tu tiempo”, yo quedé sorprendido sin comprender nada, pero mi cuerpo reaccionó viajando como un bólido de regreso a la oscuridad y la pesantez…..
Todavía aturdido por la anestesia, desperté rodeado de mis seres queridos, los cuales me felicitaban y daban gracias a Dios que salí con bien de la operación…. me decían que había tenido un paro cardíaco en la plancha.
Gracias a Dios que me dio una segunda oportunidad de vida
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